Emilia está preocupada porque aún no sabe atarse los cordones y además está por empezar primer grado. Pero muy pronto, y muy cerca, descubrirá un secreto maravilloso, de esos que cambian la vida de los niños y también de los grandes . El secreto de Emilia nos propone enfocar nuestra atención en el presente, con amabilidad y curiosidad. Cuando los chicos registran sus sensaciones corporales, emociones y pensamientos, pueden elegir mejor cómo relacionarse consigo mismos y con los demás. Se trata de reconocer cómo estamos, momento a momento.