Germán Moldes lleva al extremo su obsesivo amor por Roma para contar el siglo I de la era cristiana a la altura de la calle, junto al ciudadano que vivía, gozaba, penaba y moría en una ciudad monumental. La vida cotidiana de la Roma de hace dos mil años deja de lado a emperadores y batallas y hace foco en cuestiones acaso más prosaicas, pero sin duda mucho más divertidas, con alto potencial chismoso. ¿Cómo se bañaban los romanos? ¿Qué ropa interior usaban? ¿Qué comían y cómo se embriagaban? ¿Olían bien o mal? ¿Cuáles eran los límites del deseo?