Autor es: Galfione, María Verónica ;Juarez, Esteban Alejandro;Fernández Vega, José;Fraenza, Fernando;Mattoni, Silvio;Conti, Romina;Caramés, Diego;Menke, Christoph; Menciones: coordinación general de Galfione, María Verónica ; coordinación general de Juarez, Esteban Alejandro ; Reseña: Desde su origen en la estética idealista alemana, el concepto de apariencia estética posibilitó pensar el surgimiento de una región especial de la cul tura, diferenciada de la vida cotidiana pero inmanente a ella. Esta región se caracterizaba por el reconocimiento de la dignidad de lo singular con inde pendencia de todo tipo de normatividad de orden heterónomo. De allí que el concepto de apariencia estética haya permitido articular dos exigencias que en la modernidad se presentaban, en principio, como antinómicas: esto es, por un lado, la defensa de la autonomía del arte, en tanto ámbito distanciado de la vida prosaica, y, por otro, su potencial crítico para develar, afectar o transformar esferas extraestéticas de la realidad empírica. No obstante, ya desde comienzos del siglo XIX la concepción idealista de la apariencia estética fue cuestionada por autores de diferentes tradiciones filosóficas. De Schlegel a Nietzsche y Baudelaire, filósofos y artistas convergieron en el rechazo a la tendencia del idealismo alemán a subordinar la dimensión estética al ámbito del pensamiento conceptual.