Reseña: 'La experiencia de la pandemia y sus consecuencias -que aún estamos experimentando y que se prolongarán durante años- nos enfrentan más que nunca a las grandes preguntas históricas de la filosofía. De ahí que volvamos a interrogarnos por '¿qué es una buena vida?, ¿qué es la justicia para los demás?, ¿qué es una sociedad justa?, ¿cuáles son nuestras emociones y cómo pueden facilitar o impedir nuestros esfuerzos por ser buenos?, ¿cuáles son nuestros derechos y los de los otros? Ante la seguridad apodíctica del dogma o de algunas respuestas científicas, las grandes preguntas de la filosofía anclan en las dudas, no como método, sino como abismo existencial. Y se repiten una y otra vez en la historia, por lo general acompañando las grandes crisis, las guerras, las hambrunas, las pestes, los genocidios; sobre todo, la pérdida de las seguridades cotidianas que hacen que le demos nuevo valor a este mundo nuestro. Esas dudas existenciales organizan los debates con los otros y con nosotros mismos; son el eje respecto del que alguna vez se dijo: si tengo respuesta, filosofo por qué, y si no la tengo, filosofo para buscarla.' En un estilo ameno pero de gran rigurosidad intelectual, María Luisa